España, aparta de mí este cáliz

(C.V)







absurda es nuestra huida
                             dijiste

Mauro Castillo


















en 1541 yo tenía 12 años

alcancé a esconderme detrás del piano apenas sentí los caballos rugir

eran la huestes de don Pedro de Valdivia, santo varón de casco, espada y armadura, y que bajo las órdenes del Rey de España venía a conquistar los países de América Latina. Antes estuvo don Diego de Almagro, quien aconsejó a Valdivia no incursionar en Chile por considerarla una tierra maldita que no ofrecía riquezas, sino sólo sufrimientos
(pocos mencionan en los libros de historia que los españoles, apenas llegar al sur de Chile, se encontraron con toneladas de oro en este apartado rincón del mundo propiedad de los nativos, mis valerosos guerreros Mapuches, mis amados y aguerridos hermanos Araucanos)

hay dos historias, una dice que Chile no tenia aquel famoso oro y que era tal el atraso de los indígenas chilensis que era preciso pasarlos primero por la universidad antes que salieran de compras al Corte Inglés

otra menciona que fueron los conquistadores quienes sufrieron numerosas derrotas consecutivas a manos de los indígenas

a mí no me importa mucho lo que dicen los libros
yo recojo la historia de primera mano,
nadie sabe más de su casa
que los que mueren en ella
y se duermen en el cansancio
de una altura privada y depresiva
por cautivos o dispersos
que suelan vivir

pero oye,
había oro

y murió gente de los dos bandos
tal cual ocurre en los poemas

en fin, el diario de vida que está escrito en los bosques de mi estúpido y pajero territorio hace mención que los bellos y bien peinados españoles, previo a la feroz matanza por adueñarse de las tierras y evangelizar a un pueblo que no sabía de vírgenes ni dioses, le cambiaban espejos por su oro, y los indios, alucinados y felices, entregaban ese oro a cambio de vidrios sin nombre donde podían verse las caras curtidas por la lucha que se les vendría encima por los siglos de los siglos y amén

amén y la concha de tu madre

doscientos años antes, en Barcelona, los constructores de la Basílica de Santa María del Mar ya usaban los mismos espejos para mirar por detrás de sus hombros a los románticos ciudadanos catalanes, y de otros pueblos aledaños, cargando piedras colosales con las que fundarían los cimientos de tan magnífica y gótica construcción

pero los Hispanic Warriors que llegaron a Chile lo hicieron con trampa

con alevosía

y tan delicados en su menester
no hallaron mejor labor
que ponerse a asesinar a los verdaderos dueños
de esos paisajes fabulosos
para quedárselos ellos
y certificarlos como colonia de mi querida
y amada España

fueron crueles los españoles

eran atroces las ordenes del simpático rey de turno
y de su maldita y asexuada divina reina

- ¿creéis en nuestro dios/ indecente Mapuche?
- no, yo sólo creo en el sol y en la tierra/ creo en la madre luna, en los bosques, en la religión de los canelos apenas comienza a caer la tarde, creo en el vuelo de los cóndores sagrados anunciando la lluvia que riega nuestra vida labrada en la esperanza y en la luz

- que no queréis os evangelicemos junto a vuestra inmunda y mugrienta familia, indio de mierda?

- no, no nos hace falta, ya tenemos nuestros propios dioses/ y son sabios
 porque los podemos ver

- entonces agachaos que no tengo otra opción que cortaros la cabeza

y se las cortaban

así fue la conquista de mi patria,
Alonso de Ercilla/ poeta madrileño/ narró en su épico poema La Araucana/ el genocidio brutal con que en nombre de la religión católica le arrebataron la vida a mis nativos inocentes/ a base de tortura y espadas y abrían los cuerpos de las indias preñadas
para arrojar los fetos a las hienas

quien ofreciese resistencia
quien no se colgara la inquisidora cruz al pecho
lo sentaban en obeliscos de madera

los empalaban

y empezaron a saquear el oro/ lo echaban en alforjas de cuero/ que en barcos llegaba a las arcas de la elegante realeza

se repartieron nuestro territorio

yo creo se lo jugaron a los naipes

en cierta oportunidad uno de los soldados torturó tan salvajemente a un araucano que defendía a su familia que el conquistador, solazado con tan deliciosa y cruenta morbosidad, le otorgó una medalla y le dio a elegir una provincia completa para él solo, y que si algún indio belicoso se resistía a la serpiente real tenía la más absoluta venia para descuartizar hombres y mujeres y niños y todo lo que se le cruzase por delante
y tuviese ojos

(ya más calmada la hecatombe
los conquistadores
levantaron iglesias
fundaron ciudades
abrieron escuelas
alimentaron a sus esclavos
sin saber que esa lucha
duraría 500 años
y una vez independizado mi país en 1810
los Mapuches seguirían reclamando sus tierras usurpadas
hasta el día de hoy
a base de lanzas y atentados

pero ahora
es en contra de nosotros mismos

porque no supimos ver
que la tierra es de quien la parió primero
y no de la codicia del que después la bautizó,

somos sus propios extranjeros)

yo tenía 12 años
y aún me duele la sangre derramada
en favor del ansia ilimitada de una España
que hoy hace filas demenciales en los bancos de mi patria
por invertir sus euros temblorosos
en este país desde donde escribo
y planto gardenias en el patio de tu boca

cuando se les vino la noche encima a mis hermanos españoles
se pusieron a buscar en las bolsas mundiales de comercio
un país pujante
que les diera confianza
y altas tasas de interés
para volver a creer en la suerte

y a coro pronunciaron Chile

porque mientras Europa se caía a pedazos
nosotros les abrimos los mercados financieros 

y también las piernas

les dijimos pasen/ inviertan aquí/ nuestra economía está sana
aquí podrán hacer buenos negocios
el desempleo es de un 3,4%
y el IPC no llega a los dos dígitos

entraron corriendo

y lo hicieron rápido

se adueñaron del agua/ de la luz/ del gas/ del metro/ de las telecomunicaciones
de las carreteras

comenzaron de inmediato
a repletarse los bolsillos con dólares a raudales
que luego convertían a euros
y como el tipo de cambio también les favorecía
más plata ganaron

y está perfecto,
es razonable
y te juro me alegra

porque donde comen dos
también pueden hacerlo
tres

o 4
o 5

al menos esa
siempre ha sido mi anormal filosofía

amo a España
de verdad la amo

quizás la amo demasiado

la conozco de cerca
tengo grandes amigos y enemigos
en ese bello país

tuve el privilegio de pisar suelo catalán
un puto y maldito diciembre del año 2009
cuando me arrebataron el pesebre
cuando se me reprimió todo el alegato

cuando llegué muerto de miedo

cuando ya el ambiente de la Ciudad Condal
comenzaba a prepararse para el día de Reyes

pero los Reyes Magos/ míos
eran otros reyes

no los de la conquista

los de mi diciembre carnicero
fueron aún más indolentes
y dramáticos que los de la época colonial

fueron la pulpa de la esquizofrenia
                                       sin terapia
                                        ni condón

no tenían derecho
a hacer lo que me hicieron

despertaba en la Fuente Mágica de Montjuïc
y me dormía en el atroz asesinato de las ilusiones

deambulé tardes completas
solo
perdido
sin planes
ni monedas

por oro
llevaba espejos

alguien
me cambió el oro
por espejos

como una macabra/ irónica/ y asquerosa repetición
de antiguas historias
escritas con sangre
en el cuaderno tibio
de una noche que se ahorcó de pena
en la rama más alta
de la desesperación

brutta vita/ molto male




podrá la realidad
romperle la carne
a quien de turno
esconda por miedo su milagro
para presenciar el parto salvaje
de una cigüeña
que se cayó del nido
pero siguió volando igual